A 70 kilómetros de Guadalajara se encuentra Sigüenza, una ciudad que a pesar de haber sido el epicentro de numerosas guerras y conflictos a lo largo de la historia, gracias a los trabajos de restauración que se han ido realizando sobre sus monumentos principales aún se puede catalogar como una de las ciudades medievales mejor conservadas de España.
Sigüenza es una de esas pequeñas ciudades medievales ideales para recorrerlas caminando y descubrirlas a través de sus callejones. Es una villa pequeña que no tiene perdida para visitarla. La mayoría de los sitios turísticos se encuentran cerca del casco antiguo, en la Plaza Mayor. Si necesitas información más detallada sobre algún lugar, horarios, etc… La oficina de turismo también se encuentra a escasos metros de la zona.
Hay muchas iglesias, arcos, conventos que rodean la ciudad y que acompañan la estética medieval pero principalmente te voy a recomendar tres lugares que no te debes perder en Sigüenza.
Antes de nada, para enterarte mejor de toda la historia de Sigüenza te recomiendo que reserves esta visita guiada
La Catedral de Sigüenza
Epicentro del casco antiguo de Sigüenza, esta catedral que data del siglo XII es especialmente conocida por el sepulcro de Martín Vázquez de Arce, el Doncel. Tiene una estética que la convierte en una de las catedrales más bonitas de España.
La construcción de la Catedral de Sigüenza comenzó en 1124, durante el mandato del obispo Bernardo de Agén, tras la reconquista de la ciudad por las tropas cristianas en 1123. La catedral fue concebida inicialmente como una fortaleza defensiva, lo que explica su robusta estructura y su aspecto de castillo, con torres almenadas que aún se conservan.
La catedral es un ejemplo destacado de la evolución arquitectónica que tuvo lugar en España durante la Edad Media. Comenzó con un estilo románico de transición y, a lo largo de los siglos, incorporó elementos góticos, renacentistas e incluso barrocos, lo que le da su apariencia única y compleja.
A lo largo de su historia, la catedral ha acumulado una impresionante colección de obras de arte, incluyendo pinturas, esculturas y retablos, convirtiéndola en un verdadero museo de arte sacro.
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El Castillo – Parador Nacional de Sigüenza
Probablemente el lugar de Sigüenza que más ha sufrido los daños provocados por las guerras que se desarrollaron en la localidad. Tras su reconstrucción posterior a la guerra civil, se convirtió en Parador Nacional. Los precios, al igual que en la mayoría de los paradores son bastante altos y poco accesibles pero por suerte la zona interior está habilitada para recorrer el patio de forma gratuita.
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Tiene sus orígenes en el siglo V, cuando los visigodos construyeron una primera fortificación en el lugar. Durante la ocupación musulmana, el castillo fue ampliado y fortificado, y tras la reconquista de la ciudad en 1123 por el obispo Bernardo de Agén, se convirtió en la residencia oficial de los obispos de Sigüenza.
Durante siglos, el castillo fue la sede de los obispos de Sigüenza, quienes lo utilizaron tanto como residencia como fortaleza defensiva. A lo largo de los siglos, el castillo sufrió varias reformas y ampliaciones, especialmente en los siglos XIV y XV, para adaptarse a las necesidades de sus residentes y a los avances en la arquitectura militar.
El Mirador
Justo a la salida de la catedral, continuando hacia las afueras de la villa por el camino que encuentras a tu derecha encontraras un pequeño mirador que te da una panorámica del casco antiguo de la ciudad. Especialmente recomendado para los que vayan buscando “la foto” 🙂
A pesar de que Sigüenza es la localidad más conocida de la zona, hay muchas pedanías por la zona que también merecen una visita.